El impacto de la infancia en la vida adulta
- Rubí Fuerte

- 2 abr
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 30 jul

Todos tenemos una historia. Nuestra infancia no solo nos dejó recuerdos, sino que también moldeó la forma en que vemos el mundo, nos relacionamos con los demás y nos tratamos a nosotros mismos.
A veces, sin darnos cuenta, repetimos patrones aprendidos en la niñez en nuestras relaciones, en el trabajo o en cómo nos hablamos a nosotros mismos.
Y esto ¿cómo influye en nuestra vida adulta?
1.- En nuestra autoestima y autoconfianza.
Lo que escuchamos de niños sobre nosotros mismos afecta en la forma que nos vemos hoy. Si creciste en un ambiente con palabras de aliento donde te alentaban y reconocian tus esfuerzos, hoy es probable que confíes en ti mismo, Si en cambio recibiste críticas constantes o te hicieron sentir que nunca eras suficiente puede que dudes de tus capacidades.
Por ejemplo:
Si tus padres te decian: “Eres capaz de lograr lo que te propongas” → Hoy sientes seguridad.
• si escuchabas frases como: “Nunca haces nada bien” → Hoy sientes miedo de intentar por temor a fracasar.
2. Como nos relacionamos con los demás:
Si de niño… | Hoy podrías… |
Recibías amor y apoyo sin condiciones. ----> | Sentirte seguro en tus relaciones. |
Te hacían sentir que debías ganarte el amor | Temer el abandono o la desaprobación. |
Tus emociones eran ignoradas o minimizadas. | Tener dificultad para expresar lo que sientes. |
Vivías en un ambiente caótico. | Experimentar ansiedad en relaciones cercanas. |
Ejemplo:
Si en tu hogar el cariño dependía de tu comportamiento (“Te quiero si eres bueno”), hoy podrías sentir que necesitas ganarte el amor en lugar de recibirlo libremente.
3. En como manejamos el estrés y las emociones
Observamos a los adultos (padres o cuidadores) a nuestro alrededor y veías que se expresaban con calma, probablemente tú también lo harás.
Si creciste en un ambiente donde las emociones se reprimían o se expresaban con enojo, puede que hoy te cueste manejar el estrés o comunicar lo que sientes
Ejemplo:
Si de niño te decían “No llores, no es para tanto”, hoy podrías reprimir tus emociones hasta que estallen.
Te gustaría saber ¿Cómo influyó tu infancia en tu vida adulta? Aquí te dejo un test:
Responde Sí o No a estas preguntas:
1. ¿Te cuesta aceptar cumplidos o reconocer tus logros?
2. ¿Sientes que debes complacer a los demás para ser querido?
3. ¿Tienes miedo de expresar lo que sientes por temor al rechazo?
4. ¿Te criticas con dureza cuando cometes errores?
5. ¿Sientes que siempre debes estar ocupado para sentirte valioso?
6. ¿Te cuesta confiar en las personas o temes ser abandonado?
7. ¿Te incomoda cuando alguien te muestra demasiado cariño?
8. ¿Tienes dificultades para pedir ayuda?
Resultados:
• 6 o más “Sí” → Tu infancia puede haber dejado huellas emocionales profundas; trabajar en estos patrones te ayudará a sentirte más libre y seguro.
• 3-5 “Sí” → Existen patrones que influyen en tu vida; reflexionar sobre ellos y buscar herramientas para cambiarlos marcará la diferencia.
• 2 o menos “Sí” → Probablemente tienes una buena relación contigo mismo y con los demás, aunque siempre es posible mejorar el autoconocimiento.
Si identificaste que tu infancia dejo huellas en tu presente, no te preocupes. No se trata de culpar a nadie, sino de entender y cambiar lo que ya no te ayuda.
¿Como puedes empezar a sanar?
Aquí te dejo unos primeros pasos
1. Cuestiona las creencias que te limitan. Si creciste creyendo que no eras suficiente, recuérdate que esa no es la realidad.
2. Aprende a hablarte con más amabilidad: ¿Le dirías a un amigo que es un fracasado? Entonces ¿Por qué te lo dices a ti?
3. Aprende a poner límites sanos: no tienes que decir “si” a todo para que te quieran.
4. Haz terapia: trabajar con un profesional puede ayudarte a entenderte y a sanar heridas del pasado para construir una relación más sana contigo mismo,
Recuerda que tu infancia te influye, pero no te define. Siempre puedes escribir una nueva historia.




Comentarios