Cómo dejar de sentirme culpable por poner límites
- Rubí Fuerte

- 2 abr
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 30 jul

¿Alguna vez has dicho “sí” a algo cuando en realidad querías decir “no”? Tal vez un amigo te pidió ayuda cuando estabas agotado o un familiar te solicitó un favor que no querías hacer, pero terminaste aceptando por miedo a decepcionar. Luego, te sientes mal contigo mismo.
Poner límites puede ser difícil, sobre todo cuando sentimos culpa. Pero, ¿por qué nos pasa esto y cómo podemos aprender a establecerlos sin cargar con esa sensación de que estamos haciendo algo malo?
¿Qué es un límite?
Un límite es cuando decides hasta dónde llega tu energía, tu tiempo y tu espacio personal. Es lo que te permite cuidar de ti mismo sin que los demás te absorban.
Poner un límite no significa ser egoísta o grosero; significa respetar tus necesidades y enseñar a los demás a hacer lo mismo.
¿Por qué sentimos culpa al poner límites?
1. Nos enseñaron que ser “buena persona” es decir que sí a todo
Crecimos creyendo que ayudar siempre es lo correcto y que decir “no” es ser malo o egoísta.
2. Miedo al rechazo o a decepcionar a los demás
Tememos que si ponemos un límite, la otra persona se enoje o piense mal de nosotros.
3. Creemos que los demás importan más que nosotros
Nos olvidamos de preguntarnos cómo nos sentimos al priorizar las necesidades de otros.
4. No queremos conflictos
Evitamos poner un límite para mantener la paz y evitar discusiones incómodas.
Te comparto unos ejemplos de como se vería en la vida cotidiana y en el trabajo
• Un amigo que te llama todas las noches:
Límite: “Te quiero mucho y sé que necesitas hablar, pero estoy muy cansado. ¿Podemos hablar mañana?”
• Tu jefe te pide hacer horas extra sin remuneración:
Límite: “He estado trabajando fuera de horario y necesito un balance para cuidar mi salud. ¿Podemos revisar cómo organizar mejor el trabajo?”
• Un familiar que insiste en opinar sobre tu vida:
Límite: “Sé que lo haces con buena intención, pero prefiero tomar mis propias decisiones sin tantas opiniones.”
• Alguien te pide ayuda en tu día libre:
Límite: “Me encantaría ayudarte, pero necesito descansar. Espero que todo salga bien con la mudanza.”
¿Cómo poner límites sin sentir culpa?
1. Recuerda que tu bienestar es importante
Cuidarte no es egoísta, es necesario.
2. Acepta que no puedes controlar la reacción de los demás
Alguien puede molestarse, pero eso no significa que estés haciendo algo malo.
3. Empieza con límites pequeños
Practica decir “no” a cosas sencillas y ve ganando confianza.
4. Sé firme pero amable
Un simple “No puedo en este momento” suele ser suficiente.
5. Date permiso para sentir culpa sin ceder
Es normal sentir algo de culpa al principio, pero no dejes que te impida cuidarte.
Poner límites es una forma de quererte y respetarte. No tengas miedo en ponerlos ya que las personas que realmente te valoran aprenderán a respetarlos.




Comentarios